Respeto a los demás

Respeto a los demás

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 ¿Donde se dirige nuestra especie, el Homo sapiens?

Algunos poderes políticos y económicos nos están dirigiendo por un mal camino, y aunque lo vemos y lo vivimos en nuestro día a día, no hacemos nada, de hecho no podemos hacer mucho para evitarlo.

O tal vez sí.

Hay principios aprendidos en nuestra generación (a esa que se les llama de «los viejos»), esos que entre todos hemos creado un país, donde algunos se han dejado la piel en el camino, con la esperanza que los descendientes tuviesen una mejor situación. Pensábamos haber creado una sociedad respetable y respetada, con una bases de convivencia entre  los seres pensantes. Se ha hecho mal y estamos dejando una herencia errada.

No parece que haya interés en abundar sobre el significado que entraña la corta y maravillosa frase el respeto a los demás, que implica unas básicas normas de educación (antes también se decía urbanidad)

Pero no parece ser así, y  algunos de los que viven de la política no ayudan para mejorar las cosas, al contrario.

La realidad es que parece que todo vale, que todo se debe admitir, sea lo que sea, y las quejas solo sirven para calificarnos de «antiguos»  y «desfasados».

  • Entran en tu casa, la ocupan y la justicia parece que este en un letargo permanente. Mi propiedad no es respetada. ¿Donde están mis derechos?
  • Roban a una viejecita en el metro, un delincuente habitual (a veces los llaman así) y no pasa gran cosa.
  • Te quitan el móvil por la calle y vaya Ud. a saber.
  • Violan a una mujer y, cuando les condenan, después con nuevas leyes que se denominan progresistas o feministas (es el colmo), salen antes de la cárcel y no pasa nada y nadie se rasga las vestiduras.

¿Eso es el progreso?

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Esos mismos que permiten esta falta de respeto a los demás y no ponen duras sanciones, son los que gracias a los «antiguos» hoy tienen unas prebendas que de otro modo tal vez no existirían, pero parece que de eso no se acuerdan, como tampoco lo hacen algunos jóvenes gobernantes, gobernantas y gobernantis (que para estas  tonterías gramaticales inexistentes en la RAE sí que sabe poner nombres absurdos que no llevan a ningún sitio, excepto perder el lenguaje aprendido con el que nos comunicamos y pretender que seamos mas tontos).

La realidad, es que también desde plataformas informativas pagadas por todos obligatoriamente, desde algunas posiciones políticas llamadas «modernas» o con el escudo de  «libertad de expresión» no se respetan algunas antiguas  tradiciones  (religiosas o no) y en algún caso se mofan de ellas de un modo  burdo y rozando la mala educación y el mal gusto.

No todo vale.

¿Cuál es el sentido de ello? ¿Qué se persigue? ¿Dónde está el límite?

Nos dicen que hay que defender los derechos de todos, y así debe ser, pero se olvidan de que este derecho debería ir ligado al sentido del respeto mutuo.

La convivencia entre los seres vivos es posible si cada uno respeta la parcela del otro.

La libertad de expresión, mediante la comunicación escrita, oral o gráfica, debería tener unos limites basados en principios no ya morales (que parece también son ahora conceptos anticuados), por lo menos en el respeto a los demás.

Pero  de las obligaciones no se habla. Como si para estos asuntos, no hubiese ninguna.

Derechos y obligaciones deben estar en una balanza equilibrada, controlando que el equilibrio se mantenga. Estoy convencido que el respeto a los demás, bien entendido, no requiere esfuerzo alguno. Solo voluntad

 

2 comentarios en «Respeto a los demás»

  1. Buenas tardes Lorenzo,

    Gran artículo. Por desgracia, hoy en día, tienes, a parte de los impuestos económicos, impuestos éticos gubernamentales. “Si no piensas cómo te digo, eres un/a… (lo que sea) y me siento atacado/a .” Generación de cristal le llaman.

    “La tolerancia llegará a tal nivel que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar para que los imbéciles no se ofendan.”

    Fiódor Dostoyevski

  2. El respeto se perdió no hay palabras para definir lo que estamos pasando el gobierno el mayor instigador obligando solo a tener memoria del pasado y no saber ver presente ni futuro.
    Muy buena reflexión del saber hacer.

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